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El Hotel

No puedo abrir los ojos, el sonido de mensajería de Apple me derrumba los oídos, ojalá poder recordar la noche de ayer, tengo casi tantas lagunas como dolor de cabeza, puedo escuchar el ruido de la aspirina deshacerse en el agua, esto es como escuchar música en 8D, el teléfono no deja de sonar, quiero a mis amigos, pero, no me apetece leer mensajes recordándome los errores que cometí ayer, tampoco quiero ver los vídeos que envía la abuela por el grupo de “Familia”, deseándonos a todos un feliz domingo, y por supuesto, no olvidemos el grupo de “Fiebre viernes noche”, seguro que los vídeos míos cantando son las risas del día. Mientras saco las piernas de la colcha, empiezo a recordar cosas de ayer, en modo flash, un último mensaje, no sé por qué, pero, voy a leerlo. Los chicos de “fiebre viernes noche”, dicen que, bocata de jamón asado en el hotel cura resacas, puede ser un buen plan. Adoro entrar por la puerta y ver a todos mis amigos allí, mirándome y riéndose, hacen un gesto seña

El pasaje

Tan estirada, tan misteriosa y tan fan de lo vintage, ahí estás, una mañana más, acompañada de un café con leche cargado y un vaso con hielo. Los babosos de la mesa cuatro, no dejan de mirarte, pero tú, no muestras ni el más mínimo interés, eres inteligente. Sonríes de vez en cuando, mientras lees una novela, esa novela que ya te has leído mil veces , pero, no quieres deshacerte de ella, porque te hace reír. Soy la chica que está justo en la mesa de enfrente, ojalá no me pilles mirándote, me pondría roja, y, me daría miedo lo que pudieras pensar, siempre tenemos tendencia con ese miedo... Muestras una mirada firme, esa que dice que, tienes muy claro lo que quieres y quién eres, fascinante. No me quiero poner nerviosa, pero, te dispones a cerrar el libro para irte, mi corazón, va tan rápido como cuando vas por el quinto chupito de Thunder, y ahí, en ese justo instante, levantas la mirada, esa tan segura que llevas puesta, y, lentamente, me regalas una sonrisa sincera y cálida, te pred

Daniel de la Sota Valdecilla, 36001

Creo que me gusta, aquí dentro todo se intensifica más, pero, ya no vivo en las noches de “cuando sonríes, las estrellas te admiran”. No pienso en la forma que tenías de pararme el tiempo, tu sonrisa salió de mi playlist de spotify. Mi sábanas, ya no cuentan nuestra historia, y, soy feliz, pienso que nadie ocupa el lugar de nadie, simplemente, se cierran y se abren otros, viviremos nuevas aventuras, aunque ya no seas mi brújula. En una relación, la balanza tiene que estar en constante equilibrio, y, nuestra balanza se caía para los lados. Lo hicimos lo mejor que sabíamos, nos cuidamos como la luna a las estrellas, y nos quisimos tan fuerte, que hasta compartíamos las cosas que dijimos que jamás compartiríamos con nadie.  Es buena persona, me hace salir de mi rutina, no deja que me aferre a imposibles, da pasos adelante conmigo cada día, el miedo a su lado, sólo es una pesadilla de la que puedo despertar, su mirada es como el mar, puede ser una locura y la calma a la vez, creo que

Decídete

Ese sueño tan profundo de el que ni siquiera te acuerdas, pero es interrumpido, por el abrumador sonido de la puñetera alarma, que da igual el tono que le pongas, te va a enfadar cada vez que suene si o sí. No sé si ponerme los vaqueros que dicen “hola, no soy un desastre” o el chándal que grita “estoy abandonada”. El desayuno es lo más complicado, lo quiero todo, menos el kiwi, ¿ a quién le gusta el kiwi ?. He salido a la calle, con un calcetín de cada color, menos mal que ahora está de moda, nadie pensará que soy Imbécil. Para mi sorpresa llueve, en Galicia es bastante raro, no te voy a mentir. Camino sin paraguas, porque los jóvenes no utilizamos de eso, que no te engañen, y allí estás, contraste de sensaciones, como cuando sales de un bar y tienes frío, o como cuando llueve pero hace sol, todo a la vez, si el tiempo está loco, ¿ por qué yo no? si antes pensaba que no tenía nada claro, ahora, estoy segura de que tengo claro que no lo tengo claro. No sé qué voy a hacer, necesito que

Los colores que nunca he visto

Que a veces perdemos cosas que nunca habíamos pensado perder. Pero yo no quiero recordar la lista de cosas que nunca te dije y estar aquí para entender la forma de cómo funciona todo. No estoy aquí para ver tu sonrisa moverse como en los videos de verano. No sé, algunas cosas no pueden explicarse. No sé como conservar una relación. Cada vez que miro mi Ipad lucho con el impulso de abrir un PDF y enlistar todos los amores que tuve en el último año. Hoy no quiero pensar en otra cosa que no sea besarte, porque besarte es de puta madre, sienta bien pensarte porque eres doscientos veinte y nueve colores que no he visto. Alba T. Larralde

Mi respuesta

Mi respuesta es que voy a desparecer por un tiempo y cada 26 de noviembre, te voy a enviar mensajes por Instagram.  El 26 de noviembre es el día de tu cumple y luego no volverás a tener noticias mías, hasta que unos años más tarde, estrenen la película sobre nuestra historia(será un fracaso en taquilla).Por eso, deberíamos irnos a vivir juntos antes de que se te olvide.  Lo siento. A veces tengo miedo de perder la memoria y volver a enviarte mensajes que ya te he enviado. Es un miedo de mierda. Lo sé.  Si fueras un concierto acamparía en tu taquilla la noche anterior a sacar una entrada. Tenemos que ponernos de acuerdo por si nos preguntan de qué estábamos colocados cuando veíamos Juego de Tronos. Pero todo esto, sólo es una suposición que tengo miedo a olvidar.  Alba T. Larralde

Quince corazones negros

Dicen que las mejores etapas llegan cuando uno no se las espera, imagínate estar recomponiendo ese caparazón que esta vez, estás seguro al 200% de que nadie lo volverá a traspasar, no crees que nadie se merezca ver lo mejor de ti. Entonces te das media vuelta y ves a una niña, una niña de ojos cálidos, que te ayudarán a sobrevivir ante este largo invierno que se asoma por el norte. El problema se presenta cuando no sólo tiene esa cualidad, resulta que esa niña consigue darte tanta paz como el mar, es desesperación y bondad, no le importa nada de lo que sucediera, solamente le preocupa el qué sucederá , aún así, tiene una fortaleza tan inmensa oculta que el sucederá siempre se queda con las ganas con ella. Todavía no he podido describirla en palabras, porque nunca son suficientes para ella, creo que esta vez el caparazón se va a construir con su ayuda, al menos mientras queden quince corazones negros, allí donde solíamos gritar.  Alba T. Larralde