El Hotel
No puedo abrir los ojos, el sonido de mensajería de Apple me derrumba los oídos, ojalá poder recordar la noche de ayer, tengo casi tantas lagunas como dolor de cabeza, puedo escuchar el ruido de la aspirina deshacerse en el agua, esto es como escuchar música en 8D, el teléfono no deja de sonar, quiero a mis amigos, pero, no me apetece leer mensajes recordándome los errores que cometí ayer, tampoco quiero ver los vídeos que envía la abuela por el grupo de “Familia”, deseándonos a todos un feliz domingo, y por supuesto, no olvidemos el grupo de “Fiebre viernes noche”, seguro que los vídeos míos cantando son las risas del día. Mientras saco las piernas de la colcha, empiezo a recordar cosas de ayer, en modo flash, un último mensaje, no sé por qué, pero, voy a leerlo. Los chicos de “fiebre viernes noche”, dicen que, bocata de jamón asado en el hotel cura resacas, puede ser un buen plan. Adoro entrar por la puerta y ver a todos mis amigos allí, mirándome y riéndose, hacen un gesto seña