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Mostrando entradas de abril, 2020

El Hotel

No puedo abrir los ojos, el sonido de mensajería de Apple me derrumba los oídos, ojalá poder recordar la noche de ayer, tengo casi tantas lagunas como dolor de cabeza, puedo escuchar el ruido de la aspirina deshacerse en el agua, esto es como escuchar música en 8D, el teléfono no deja de sonar, quiero a mis amigos, pero, no me apetece leer mensajes recordándome los errores que cometí ayer, tampoco quiero ver los vídeos que envía la abuela por el grupo de “Familia”, deseándonos a todos un feliz domingo, y por supuesto, no olvidemos el grupo de “Fiebre viernes noche”, seguro que los vídeos míos cantando son las risas del día. Mientras saco las piernas de la colcha, empiezo a recordar cosas de ayer, en modo flash, un último mensaje, no sé por qué, pero, voy a leerlo. Los chicos de “fiebre viernes noche”, dicen que, bocata de jamón asado en el hotel cura resacas, puede ser un buen plan. Adoro entrar por la puerta y ver a todos mis amigos allí, mirándome y riéndose, hacen un gesto seña

El pasaje

Tan estirada, tan misteriosa y tan fan de lo vintage, ahí estás, una mañana más, acompañada de un café con leche cargado y un vaso con hielo. Los babosos de la mesa cuatro, no dejan de mirarte, pero tú, no muestras ni el más mínimo interés, eres inteligente. Sonríes de vez en cuando, mientras lees una novela, esa novela que ya te has leído mil veces , pero, no quieres deshacerte de ella, porque te hace reír. Soy la chica que está justo en la mesa de enfrente, ojalá no me pilles mirándote, me pondría roja, y, me daría miedo lo que pudieras pensar, siempre tenemos tendencia con ese miedo... Muestras una mirada firme, esa que dice que, tienes muy claro lo que quieres y quién eres, fascinante. No me quiero poner nerviosa, pero, te dispones a cerrar el libro para irte, mi corazón, va tan rápido como cuando vas por el quinto chupito de Thunder, y ahí, en ese justo instante, levantas la mirada, esa tan segura que llevas puesta, y, lentamente, me regalas una sonrisa sincera y cálida, te pred

Daniel de la Sota Valdecilla, 36001

Creo que me gusta, aquí dentro todo se intensifica más, pero, ya no vivo en las noches de “cuando sonríes, las estrellas te admiran”. No pienso en la forma que tenías de pararme el tiempo, tu sonrisa salió de mi playlist de spotify. Mi sábanas, ya no cuentan nuestra historia, y, soy feliz, pienso que nadie ocupa el lugar de nadie, simplemente, se cierran y se abren otros, viviremos nuevas aventuras, aunque ya no seas mi brújula. En una relación, la balanza tiene que estar en constante equilibrio, y, nuestra balanza se caía para los lados. Lo hicimos lo mejor que sabíamos, nos cuidamos como la luna a las estrellas, y nos quisimos tan fuerte, que hasta compartíamos las cosas que dijimos que jamás compartiríamos con nadie.  Es buena persona, me hace salir de mi rutina, no deja que me aferre a imposibles, da pasos adelante conmigo cada día, el miedo a su lado, sólo es una pesadilla de la que puedo despertar, su mirada es como el mar, puede ser una locura y la calma a la vez, creo que