Sin nada pero teniéndolo todo
Y paseando por el suelo mojado, con los pies fríos de salir de cama, mientras el cortante frío de Galicia me intentaba aclarar las ideas, me di cuenta, pero seguí caminando, en ningún momento me paré, porque de eso se trata, de seguir caminando, cambiar de dirección no es un error, tampoco es el problema. La solución es nunca parar, que la culpa no la tienen ni Sara ni Olalla, tampoco tu colega Jorge ni tu gran amigo Andrés, y mucho menos tú querida madre. No es culpa de nadie, simplemente necesitas el cambio, ¿ cuántos cambios necesitamos en la vida ? ¿ uno sólo? No hay una ecuación exacta. Me pregunto que a qué edad se dejan de cometer errores y cagadas. Deja de llover y un rayo de sol me da en la cara, todo el cielo está gris pero él lucha por salir, me siento sin nada, pero en realidad lo tengo todo.
Alba T. Larralde
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