Noviembre
Se respira aire frío, pero los niños no dejan de jugar en el parque a ser estrellas. La camarera de aquel pub, cuyo nombre no recuerdo; tiene sueño, y la cabeza llena de aspiraciones, sigue sonriendo cada noche y dándole brillo a el local. Dos señores mayores pasean bajo la lluvia, compartiendo paraguas y sonrisa(s); alumbran toda la calle. Este mes viene acompañado de tardes de bolos, batidos que te congelan hasta las cejas; noches de peli y mantita; miradas que se besan, sonrisas que se miran; y manos que se hablan. Ya verás como noviembre no siempre viene triste, ni tú proponiendo guerras.
Alba T. Larralde
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