La chica de la escuela

No todos los días me levanto con una sonrisa; salir del calorcito de la cama y dejar de soñar contigo, no es algo fácil. Entro por la puerta de entrada y empiezo la lucha constante de no quedarme dormida en clase; salgo al descanso para pelearme por un miserable bocadillo, pero que es muy necesario. Da igual si no es en el descanso, si es por el pasillo; o si es en el baño; no sé como lo haces, pero cuando me miras; el todo deja la importancia al nada. Y sólo me quedan dos trimestres para disfrutar de esa mirada y la sonrisa de la chica de la escuela. 
  
 Alba T. Larralde

Comentarios

Entradas populares de este blog

Daniel de la Sota Valdecilla, 36001

Los colores que nunca he visto